Nadie brilló tanto como Irina Shayk en la alfombra roja de la Met Gala 2024. Aunque no podemos negar el resplandor de la modelo, también contó con un poco de ayuda de Swarovski.
En línea con la reciente tendencia de los transparentes, Shayk lució un vestido de cuerpo entero confeccionado enteramente con una red invisible de cristales de Swarovski, elaborada por seis artesanos durante 200 horas. “Cuando vi los bocetos por primera vez, quedé alucinada por el nivel de complejidad”, dice Shayk sobre el look, cubierto a mano con 84,000 cristales.
La exposición del Costume Institute, Sleeping Beauties: Reawakening Fashion se divide en tres subcategorías: tierra, mar y cielo. La directora creativa de Swarovski, Giovanna Engelbert, se inspiró en el aire para el vestido de Shayk: “La belleza atemporal del color del cristal transparente y su cualidad luminosa inspiraron un look icónico que refleja a la perfección la delicada pero poderosa esencia del aire”, explica Engelbert a Vogue.
Engelbert también se sintió especialmente atraída por un pasaje de la obra de J.G. Ballard, “El jardín del tiempo” –que inspiró el código del vestido de la noche– que se refería al “corazón de cristal” de las flores: “Su brillo de diamante contenía mil facetas, el cristal parecía drenar el aire de su luz y movimiento”.
La diseñadora se mostró encantada de que el proceso fuera colaborativo: “Trabajar con Irina fue un placer y muy divertido; su aportación en la primera prueba dio forma a este look en una visión de fuerza, empoderamiento, sensualidad e innegable glamour”, afirma Engelbert.
La Gala del Met de 2024 ha sido la octava vez que Shayk asiste a este exclusivo evento. Su primera aparición fue en 2015 para “China: A través del espejo”, en la que lució un ceñido vestido asimétrico bordado de Versace. Desde entonces, es una modelo a tener en cuenta. En 2022 volvió a Versace con un traje de cuero negro con apliques plateados, mientras que en 2021 elevó el look de Adán y Eva con un traje de Moschino nude con apliques florales estratégicamente colocados.
El año pasado fue sin duda el más atrevido, rindiendo homenaje a Karl Lagerfeld con un vestido blanco de Yohji Yamamoto adornado con rosetas y cuerdas de tela retorcidas, y completado con bailarinas blancas. (Igual de atrevida se mostró en la fiesta posterior, a la que acudió en pants).
Para una veterana de la MET Gala como Irina Shayk, cada año ocupa un lugar especial en su corazón. Pero no importa cuántas veces asista, siempre tiene la misma sensación: “Es una experiencia surrealista y un subidón de adrenalina”.
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com
