¿Qué significa que Bad Bunny y Jennifer Lopez sean anfitriones de la MET Gala 2024?

Por primera vez la MET Gala ha seleccionado a dos celebridades latinas entre los cuatro co-hosts de la noche, pero ¿qué hay detrás de esta decisión?
El camino de los latinos a la MET Gala Bad Bunny Jennifer Lopez Salma Hayek Maluma J Balvin Eiza Gonzlez Thalia Anitta.
Claudia Argueta.

Este año la MET Gala escribirá un capítulo sin precedentes para la representación latina. Por primera vez dos artistas de origen puertorriqueño, Bad Bunny y Jennifer Lopez, tomarán los roles de anfitriones. Esta decisión no es fortuita. Que estos dos nombres se unan a los co-hosts de la MET Gala Sleeping Beauties: Reawakening Fashion (Bellas Durmientes: El Despertar de la Moda) junto a Zendaya, Chris Hemsworth y Anna Wintour, es el resultado de un largo y laborioso trayecto. Uno donde los latinos son acreedores de ese lugar, no con una, sino con muchas batallas ganadas.

Dicho hito nos invita a celebrarlo, pero también a revisitar el pasado, hacer consciencia del presente e imaginar la posición de los hispanos hacia el futuro como parte de esta gran celebración a la moda. Se necesitan poner ciertas reflexiones sobre la mesa, comenzando por definir exactamente qué significa que la MET Gala haya seleccionado a Bad Bunny y Jennifer Lopez entre su selecta lista de anfitriones. Aquí lo explicamos.

Iniciemos por descifrar lo que hay detrás de esta selección. Los co-chairs de la MET Gala llevan la bandera de lo que representa cierto momento de la cultura. De acuerdo a Callie Holtermann, periodista para The New York Times, “por más aleatoria que parezca, la selección del copresidente es una delicada alquimia que busca transmitir el atractivo del evento a todos los grupos de edad e industrias creativas, especialmente la moda, el cine, la música y las redes sociales”.

En el ejercicio de comprender cómo ha sido el camino de los latinos a la MET Gala, es necesario recapitular dos contextos clave. Empecemos como se debe, por el principio, recordando cuál fue el propósito inicial de su creación. La primera gala del MET sucedió en 1948 bajo la visión de su fundadora, la reconocida relacionista pública y visionaria Eleanor Lambert. Era una cena de medianoche a la que los invitados asistían por la módica cantidad de cincuenta dólares con el fin de recaudar fondos en beneficio del Costume Institute. Hoy suena inverosímil, pero era un evento sin temática ni código de vestimenta, solo con personas ataviadas en lujosos trajes y vestidos de gala. Estaba organizado por y para la alta sociedad estadounidense y europea, en locaciones como Central Park, Rainbow Room y el Waldorf Astoria. Aunque la dinámica pasó por un cambio radical cuando la legendaria exeditora de Vogue, Diana Vreeland, se convirtió en consultora especial desde 1972 hasta su muerte en 1989. Fue ella quien vio la oportunidad que suponía darle vida a la MET Gala bajo temáticas e invitar a los artistas y celebridades más mediáticas, rebeldes e importantes del momento. Y si hablamos de la presencia de los latinos, por aquel entonces apenas podemos mencionar a Bianca Jagger, la actriz y activista nicaragüense que ya se codeaba con la socialité neoyorquina en lugares emblemáticos de la ciudad como Studio 54.

Met Gala, The Eighteenth-Century Woman (1981).

Fairchild Archive

La segunda parte del contexto tiene que ver con enfatizar cómo la documentación que articula la historia de la moda también ha permeado en la curaduría de las exhibiciones y temáticas de la gala del MET. Una gran cantidad de archivos, libros, fotografías, editoriales y documentales, se centran en repasar la moda proveniente de Londres, París y Nueva York, sobre todo la del siglo XX. En desmenuzar la influencia de diseñadores como Charles Frederick Worth, Paul Poiret y de personajes como María Antonieta, además de analizar el puente que la posguerra creó entre la sociedad del viejo continente y la estadounidense. De ahí que, hasta la fecha, las exposiciones del museo nos han llevado en un periplo que ha abarcado desde la era de Napoleón a la Belle Epoque, pasando por la exploración de la cultura oriental, la influencia de Jacqueline Kennedy y un exhaustivo repaso de la obra de diseñadores franceses y estadounidenses.

Eureka. El punto de convergencia de ambos contextos se encuentra en su mirada eurocéntrica. Bajo este sentido, ¿qué lugar ha ocupado la cultura Latinoamericana y su aportación a la moda ante el Costume Institute y el Museo Metropolitano de Nueva York? Los primeros latinoamericanos que resaltan en la lista de los invitados a la MET Gala mediante el paso de los años son los pioneros de la moda latina en Nueva York: Carolina Herrera y Oscar de la Renta. Ambos no solo han asistido a la MET Gala en más de una ocasión, sino que en los años 90 fueron nombrados como coanfitriones. Ellos gozan de reconocimiento. La diseñadora venezolana lo reveló entre líneas con el vestido con el que acudió en 1979, un elegante diseño de mangas prominentes que reflejaban su estilo personal. En sus siguientes apariciones le siguieron diseños que dibujan un mapa de lo que significa Carolina Herrera en la construcción de la moda latina y su relevancia en el imaginario ante la mirada foránea.

Carolina Herrera en la MET Gala de 1979.

Tony Palmieri

Carolina Herrera en la MET Gala de 2010.

Larry Busacca

Carolina Herrera en la MET Gala de 2014.

Jamie McCarthy

El impacto del dominicano Oscar de la Renta tampoco ha sido mínimo. A lo largo de los años, el registro de su paso por la MET Gala incluye a las musas con las que ha caminado tomado del brazo. Nombres de alto estatus social como Oprah Winfrey, Daphne Guinness y Penélope Cruz. Y si hablamos de las celebridades que han llevado sus diseños en la MET, la lista incluye personalidades como Ashley Olsen, Sarah Jessica Parker y Taylor Swift. De ahí que al día de hoy el legado de Carolina Herrera y Oscar de la Renta continua vigente. De forma más discreta, a la lista de los pocos diseñadores latinos que han pisado la MET Gala se suman Haider Ackermann, Narciso Rodríguez, Francisco Costa e Isabel Toledo. Ellos han pavimentado el camino de la latinidad dentro del sistema de las grandes capitales de la moda, pero si lo vemos lado a lado en perspectiva con la magnitud de la cultura latina, aún quedan brechas por sanar. Sin embargo, este es el año en el que la imagen de los latinos se expande aún más y se da, naturalmente, junto a la evolución de la coyuntura global.

En la línea del tiempo, el cine ha influido en la exposición de los latinos en la MET Gala. La primera vez que Salma Hayek asistió fue en 1997 vestida de Versace, la casa de modas que la apoyó desde el inicio, un año después del estreno de From Dusk till Dawn, la cinta escrita por Quentin Tarantino, donde protagonizó la escena de la bailarina con la serpiente que pasó a ser de culto. “Salma siempre ha sido una referencia para las latinas como yo y en este momento era LA latina, porque no tantas latinas eran invitadas al MET”, comparte Karla Martínez de Salas, Head of Editorial Content de Vogue México y Latinoamérica. Más de diez años después se le sumó Eva Longoria, quien fue captada por las cámaras de la MET la primera vez en 2008, en el momento en el que su trayectoria despegaba con el éxito de Desperate Housewives. No ha sido hasta estos últimos años que la actriz mexicana Eiza González ese suma a la MET Gala como representación de las mujeres latinas, gracias al alcance internacional que ha alcanzado con sus proyectos.

Salma Hayek en MET gala 1997.

Mitchell Gerber

Y si bien es cierto que Hollywood ha sido el escaparate de dichas actrices, lo cierto es que la música ha sido la gran aliada de la exposición de los latinos, sobre todo en las últimas décadas. Thalia es la cantante mexicana que lo puede atestiguar con las ocho ocasiones en las que subido por la alfombra roja de las escalinatas del Museo Metropolitano de Nueva York. Dos de esas ocasiones, vistiendo de diseñadores latinos, el colombiano Brian Sánchez y el venezolano Ángel Sánchez. Hoy la puerta se ha abierto también para los cantantes colombianos J Balvin y Maluma, la artista de raíces mexicanas y cubanas, Camila Cabello, además de la cantante brasileña, Anitta.

Thalia en la MET Gala American Woman: Fashioning a National Identity (2010) con un vestido del diseñador colombiano Brian Sánchez.

Lars Niki

Thalia en la MET Gala Alexander McQueen: Savage Beauty (2011) con un diseño del venezolano Ángel Sánchez.

Kevin Mazur

El viaje de la música latina comenzó a tener más presencia en los oídos de las masas de índole internacional, bajo el género del pop, cuando a finales de los 90 el puertorriqueño Ricky Martin fue seleccionado con el tema oficial de la Copa Mundial, Francia '98. La letra se coreaba en “spanglish”. Aunque él nunca ha estado en la MET Gala. Un caso muy parecido al de Shakira. De aquel fenómeno han pasado dos décadas, y hoy la historia se lee diferente. “2022 fue un año histórico para la música latina en los EE. UU., con ingresos que superaron los mil millones de dólares por primera vez, según un nuevo informe de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos”, reportó Rolling Stone. En el mismo año, artistas como Bad Bunny y Karol G fueron reconocidos como superestrellas globales por la misma organización. A los latinos les ha tomado un largo camino el gozar del derecho a la representación. En 2017, “Despacito se convierte en la canción más reproducida de todos los tiempos, con 4.600 millones de reproducciones”, según lo reportado por The Guardian, con Luis Fonsi y Daddy Yankee encabezando las listas de todo el mundo incluidas nueve semanas en el Reino Unido, logrando que los anglosajones pronunciaran la melodía en español, como pudieran.

Anitta en la MET Gala de 2023 con un vestido de Marc Jacobs.

Jamie McCarthy/Getty Images

Camila Cabello en su primera MET Gala (2021).

Mike Coppola/Getty Images

Maluma en la MET Gala de 2021 con un traje de Versace.

Getty Images 

El Super Bowl es otra de las plataformas de la industria del entretenimiento en donde los latinos han ganado, poco a poco, un pedazo del territorio. Miami Sound Machine, la banda formada por Emilio Estefan, donde Gloria Estefan participó algunos años como cantante, tuvo un momento de gloria en la final de 1995. Luego llegó el gran momento de ver a Gloria Estefan cantar en el medio tiempo, siete años después, junto a Stevie Wonder en 1999. No obstante, fue hasta el Half Time del 2020 cuando vimos a Shakira y Jennifer Lopez juntas, “la primera vez en la historia del campeonato deportivo Super Bowl que dos latinas encabezaron el espectáculo de medio tiempo del evento televisado más visto en Estados Unidos, con una audiencia el año pasado de 98,2 millones de espectadores”, según lo reportado por BBC. Aquella vez, al escenario se sumaron Bad Bunny y J Balvin en representación de Puerto Rico y Colombia. ¡Latino Gang!

Shakira y Jennifer Lopez en el show de medio tiempo en el Super Bowl 2020.Kevin Winter

Pero hace no mucho la historia era diferente, tan solo en los Grammys, la comunidad hispana tuvo que esperar diecisiete años desde la creación de los galardones en 1959 hasta que la categoría de la música latina fuera reconocida en 1976, de acuerdo a Billboard. Hoy, dado que la diáspora latina y sus diversos géneros musicales continúan expandiéndose en la cultura pop, los latinos ocupan cada vez más espacios que antes estaban reservados para la audiencia inglesa y estadounidense. Tan solo en este año, casi veinte artistas latinos subieron a los escenarios de Coachella, entre ellos Peso Pluma con una actuación previa a Lana del Rey en uno de los escenarios principales.

Muchos años han pasado entre un hito y otro para que los latinos logren presencia en las grandes ligas. Desde los años 90, Jennifer Lopez no ha dejado de crecer su imperio expandiendo su talento como actriz y cantante al ámbito de los negocios. La hija de padres puertorriqueños ha estado nominada en los Globos de Oro, ha entrado a las mejores posiciones de los Billboard y a ella se atribuye la creación de Google Images luego de que las búsquedas se dispararan cuando portó el mítico “jungle dress” de Versace en los premios Grammy de los 2000. J. Lo ha subido por las icónicas escalinatas del Museo Metropolitano de Nueva York en más de diez ocasiones, la primera vestida de Dolce & Gabbana en 2004, hasta siete años después del debut de Selena, la película con la que se ganó al público latino. Este año será la primera vez que acuda con el título de coanfitriona.

Jennifer Lopez en la MET Gala In America: A Lexicon of Fashion (2021)

Mike Coppola/Getty Images.

Por su parte, desde el debut en 2018 de su primer álbum titulado X 100Pre, Bad Bunny no ha hecho más que cosechar logros que han repercutido en la percepción de la música latina ante la mirada global. Desde 2020, “se convierte en el primer artista de habla hispana más escuchado de Spotify a nivel mundial, con más de 8.300 millones de streamings”. E hizo de su gira, El Último Tour del Mundo, la que más boletos agotara en rapidez, “con 480.000 entradas vendidas en menos de una semana”, algo que no había sucedido “desde la puesta en venta de On the Run II Tour de Beyoncé y Jay-Z en 2018”, de acuerdo a Billboard. Apple Music lo nombró “el artista del año” en 2022 y fue el primer artista latino en encabezar el festival de Coachella en 2023. Al día de hoy, Bad Bunny cuenta con tres Grammys y once premios a los Grammy Latinos. Y con junta razón, su tercera vez en la MET Gala llegará con una notable participación.

Bad Bunny en la MET Gala Karl Lagerfeld: A Line of Beauty (2023)

Getty Images.

El camino de los latinos en la MET Gala ya tocó más allá de la industria del entretenimiento cuando la activista mexicana, Xiye Bastida, asistió en 2022 luciendo un traje negro de Chloé y joyería Otomí. Un indicador que nos dice claramente hasta dónde puede llegar la influencia de aquellos que abrieron las puertas en el pasado y de quienes las continúan impulsando, más fuerte que nunca, en el presente. Hoy es el turno de Jennifer Lopez y Bad Bunny. Sin embargo, que dos latinos sean anfitriones tan solo es la punta del iceberg de lo que tenemos para ofrecer en la fiesta de la moda más reconocida a nivel global.

En la utopía, la cultura latina podría seguir inspirando y empapando de sus narrativas a una plataforma como la MET Gala. En términos de moda, como inspiración de una exposición del Costume Institute. Imaginemos cómo sería un recuento de los atuendos más emblemáticos de musas como Selena Quintanilla, Celia Cruz, María Félix, Frida Kahlo, Bianca Jagger, Dolores del Río, Gloria Guiness o Gloria Estefan, por mencionar algunas. Otra idea sería una exploración profunda de la moda hecha en América Latina o incluso cómo esta ha servido de inspiración para reconocidos diseñadores a lo largo de diversas eras y regiones. Se vale soñar.